Spectre: el final de la era Craig, Daniel Craig

Spectre: el final de la era Craig, Daniel Craig

El sostén rendido en el suelo de un hotel y el malo durmiendo con los peces. Es la rutina de trabajo del agente más famoso del cine, y la fórmula capaz de sacar adelante una de las sagas cinematográficas más exitosas de la historia, con 24 películas hasta el momento: Bond, James Bond. Apellido, nombre, apellido.

S3

Algo cambió allá por 2006. “Esa última mano casi me mata” pronunciaba, cargada de socarronería, la boquita piñonera de Daniel Craig en “Casino Royale” (2006). La carta de presentación del “nuevo” 007, adjetivo muy adecuado por varios motivos. En primer lugar, porque cerraba la etapa pija del carismático Pierce Brosnan, y en segundo lugar porque el personaje evolucionaría con Craig hacia un nivel bastante superior al mostrado por los anteriores Bond, aunando conceptos clave de todos ellos y dando un nuevo matiz al espía de su majestad, un tono más oscuro, más rebelde, más serio y realista.

S1

El clímax de esta renovación, de esta innovación, por así decirlo, lo encontramos en “Skyfall” (2012). Sam Mendes desnudó a la saga como si de una femme fatale se tratase, vistiéndola a la mañana siguiente con la delicadeza del que envuelve una obra de arte, creando la suya propia. Un 007 entregado a sus sombras, con los monstruos a la espalda y la muerte al acecho, lista para arrebatarle otro trocito de vida, M.

Skyfall

Quedaba ponerle fin. Había que cerrar la etapa, seguir dando la talla, y satisfacer altas expectativas, además de dejar espacio para lo que venga en el futuro. Llega por fin “Spectre” (2015) el punto y aparte que sabe inevitablemente a final, dejando un regusto a Martini con Vozka algo agitado. No me malinterpreten, aunque no se sirve la mezcla perfecta, la cinta es entretenida, con un ritmo bastante adecuado a pesar de sus 2 horas y media de duración. Bond, actuando por su cuenta una vez más, tratará de desenmascarar a sus más temidos fantasmas, los miembros de la organización Spectra, presididos por Ernst Stavro Blofeld, interpretado por un magnífico, y algo desaprovechado, Christoph Waltz.

S4

Una pena que Mendes, a pesar de rodar con maestría las escenas de acción y de sacar adelante un guión bastante trabajado, se deje llevar en demasiadas partes de la película, especialmente aquellas donde se pedía a gritos un poco más de emoción, o, para qué mentirnos, un poco más de Monica Bellucci.

S5

La impresión final que deja James, bajo todo ese repertorio de respuestas ingeniosas y posturas ególatras, es la de llevar una impuesta actitud de determinación, espoleada por las ganas de poner fin a una vida de la que poco se puede salvar. Un asesino cansado de matar y de recoger los pedazos de un corazón que ha sufrido demasiado, pero que sigue adelante por el simple hecho de que no existe otra opción. No se puede parar a aquel que ansía renegar de su naturaleza, así como no se puede frenar un tren que descarrila. La recompensa, una fría y deslumbrante Léa Seydoux, le espera al final de la vía.

S6

Decimos adiós a, la que con toda seguridad, ha sido la etapa Bond más diferente, dolorosa, arrogante e inteligente. Serán tiempos difíciles, en los que habrá que buscar una nueva percha para el esmoquin, un nuevo dedo que apriete el gatillo y un nuevo carisma seductor. Se intentará, y puede que se consiga, pero poco a nada igualará esa mirada congelada de Daniel Craig, ni su legado como el 007 más revolucionario de la historia.

Para terminar, os invito a que comentéis (abajo del todo) quién creéis que podría interpretar al famoso agente británico en el futuro, recordad que, preferiblemente, tiene que ser inglés, por lo demás, ¿podríamos ver al primer James Bond negro? o, por qué no, ¿una agente 007 femenina? ¡Espero vuestros comentarios!.

S7